jueves, 23 de abril de 2009



EL VIDRIO RETORNABLE QUE NO RETORNA
La deseada botella azul de Solán
El nuevo modelo retornable de envase de Solán de Cabras causa furor: de los cinco millones de botellas que se distribuyeron en junio, dos millones no han vuelto. Y ya se han fabricado otros cinco millones.Sea por su coqueto diseño, inspirado en un modelo de hace 150 años que se vendía en boticas, o por su intenso color azul, las botellas viajan de las mesas a las casas para acabar conteniendo sales de baño, velas, decorar como floreros. Algunos, incluso, las han empaquetado para regalo. Existen dos tamaños diferentes: de un litro y de medio. De momento -y aunque ya se está valorando esa posibilidad- no se venden en comercios ni grandes almacenes: sólo en restaurantes. Quizás por eso desaparezcan.Episodio que se repite cotidianamente en casi todos los establecimientos que la ofrecen. Desde el punto de vista de marketing es un éxito», confiesa Carlos del Pozo, director del marketing de Solán de Cabras. A los consumidores les gusta mucho, pero a los hosteleros les supone un pequeño quebradero de cabeza: ellos pagan la botella (el casco), que se vuelve a reutilizar, pero si se rompe o la gente se las lleva -como en este caso-, ellos tienen que pagar otra nueva, hasta 23 céntimos por cada una. La botella que no sucumbe al pillaje de los comensales regresa a la planta de Solán de Cabras en Beteta (Cuenca), donde pasa por el lavadero. Allí se limpiará y rellenará de nuevo con agua del manantial conquense, quedando lista para volver a presidir otra comida. En teoría, cada una de estas botellas debería ser reutilizada unas 20 veces. El precio aproximado de fabricación, transporte incluido, es de 60 céntimos de euro las de medio litro, y de 80 las de litro, según Carlos del Pozo. Los hosteleros las compran a un precio más bajo, ya que el coste, se supone, se recuperaría con su reutilización. Algo que a menudo no sucede.Pero el éxito del envase no se ha quedado en las mesas de los restaurantes. Empresarios, instituciones y diseñadores le han otorgado el Premio Castilla-La Mancha de Diseño, y opta al Premio Nacional. Las claves, un nuevo tapón enroscable -para facilitar la apertura-, una boca y un cuello de mayor diámetro para servir el agua y, por supuesto, su luminoso tono azul. El color preserva el agua de los rayos ultravioleta y se consigue con una compleja mezcla de polvos. El proceso se lleva a cabo en los hornos de las fábricas de Rumanía y Grecia, pero están buscando otras más cercanas para abaratar costes.De los 10 millones de botellas de agua fabricadas del nuevo modelo, dos millones han «desaparecido».El mercado del agua mineral ha crecido en España un 10% en el último año; las ventas de Solán de Cabras, un 17%.Se piensa exportar estas botellas a países como República Dominicana, Dinamarca o México.

1 comentario:

  1. Lo cierto es, que no sabía que causaran furor entre los consumidores. En septiembre estuve comiendo en un restaurante donde nos pusieron esta botella de agua y la verdad...que es tentadora, tan bonita y práctica...¡que a uno le daban ganas de quedársela!, pero es un corte y como dice en el artículo, una faena para el hostelero que no la puede retornar.

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